La belleza es universal y forma parte integral del ser humano, no entiende de géneros. En este sentido, la función de la cirugía plástica es proporcionar un bienestar físico y espiritual que considero fundamental en el equilibrio y desarrollo de cada persona.
Todos tenemos derecho a mejorar nuestra apariencia y, en consecuencia, nuestro estado de ánimo.
Aunque cada vez menos, los hombres se sienten inhibidos a la hora de someterse a una intervención de cirugía plástica. Y considero que de esto tiene la culpa, en parte, la sociedad, que cree todavía que la búsqueda del equilibrio armónico corporal es terreno exclusivo de las mujeres. Según mi experiencia, los hombres hablan en voz baja cuando vienen a la consulta y procuran hacerlo en la mayor privacidad posible para evitar la incomodidad de encontrarse con otros pacientes.
Trayectoria personal
Socio de la SECPRE (Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética) y miembro de la Sociedad Brasileña de Cirugía Plástica y de la Sociedad Iberoamericana de Cirugía Plástica y reparadora, soy colombiano de nacimiento y llevo residiendo en España más de 25 años. He operado en más de 10 países y hablo de la Plástica como una especialidad equivalente al resto de doctrinas protocolizadas por la OMS. Tal vez, la única diferencia con las demás estaría en su punto de aproximación entre la ciencia y el arte.
Realicé mis estudios en la prestigiosa Escuela de Cirugía Plástica de Río de Janeiro, Brasil, disciplina que marca mi praxis. Mi permanente contacto asistiendo a todos los congresos hace que mantenga los protocolos consagrados por las sociedades internacionales de Cirugía Plástica actualizados. Llevo más de 30 años siendo cirujano plástico y cada vez siento más responsabilidad y respeto por cada una de las cirugías que realizo.
La plástica es una especialidad médica, como puede ser la pediatría, la ginecología o la traumatología.
Después de terminar la carrera de medicina inicié la formación de especialista durante cinco años, y es por eso que el intrusismo que sufre actualmente nuestra especialidad y la banalización por el permanente manejo en la prensa y la televisión perjudican nuestra imagen, pero principalmente al paciente. Es posible que estos médicos estéticos o de otras especialidades que realizan cirugías plásticas logren hacer una operación, pero cuando vienen las complicaciones médicas, el asunto se torna muy peligroso. Aunque la legislación es clara al respecto, la falta de conocimiento por parte del paciente lo desprotege.
Ante la pregunta de cuál es el perfil de mis pacientes, el 80 por ciento son mujeres, comprendidas entre todas las edades y perfiles.
«Las pacientes entre 20 y 30 años prefieren mejorar la nariz o agrandar los senos. De los 30 a 40 años, corregir la flacidez mamaria o abdominal. De ahí en adelante, suele ser más habitual la corrección de flacidez facial y párpados«.
Considero que todas las personas son susceptibles de poder mejorar su físico mediante la plástica. Como en la medicina clásica, primero es necesario elaborar un diagnóstico, que en nuestro caso tiene que ver con la búsqueda de la armonía, y a partir de ahí se establece un protocolo de actuación para ponderar cuál va a ser el beneficio real que obtendrá el paciente.
Yo no hago cirugías bonitas ni feas, solo busco la armonía.