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Por ubicarse en el centro del rostro, la nariz es fundamental en lo que a armonía y belleza facial respecta. Cualquier alteración en su forma o tamaño implica un gran cambio estético en el rostro. Por su estructura compleja, la nariz varía grandemente entre razas, sexo e individuos.

En este sentido, la cirugía de rinoplastia tiene como objetivo corregir las desproporciones y la desarmonía con el fin de crear una concordancia con el resto del rostro para resaltar la estética facial.

Siempre que sea necesario, la rinoplastia puede ser realizada junto con otras cirugías cuyo objetivo sea la corrección de la función respiratoria (como septoplastia o turbinectomía) en pacientes que respiran con dificultad.

Como cada paciente tiene una genética propia, no es posible elegir una nariz pero sí corregir y perfeccionar la propia. Existe un equilibrio estético entre la nariz y la cara que debe ser observado por el cirujano plástico con el fin de preservar la naturalidad y autenticidad del rostro. Cada caso es estudiado minuciosamente para poder darle la mejor forma posible a la nariz, dentro de las exigencias de la fisonomía. Otra limitación que existe es el propio tipo de tejido que presenta la nariz, por ejemplo: una nariz de piel gruesa jamás podrá volverse tan sutil y delicada como una nariz de piel fina.

Anestesia y postoperatorio en una rinoplastia

Para este tipo de cirugía se utiliza anestesia local con sedación o anestesia general. La duración de la misma variará dependiendo de la dificultad y puede ser tanto ambulatoria como ingresar una noche en el hospital.

Prácticamente no quedan cicatrices aparentes en la cirugía estética de la nariz. Esto se debe a que las incisiones se hacen dentro de la misma o en los surcos; consecuentemente, dejan vestigios inapreciables. En casos especiales, cuando se tratan las alas de la nariz, existen dos pequeñas cicatrices en los surcos entre los bordes de las ventanas de la nariz y el rostro que, con el pasar de las semanas, se vuelven prácticamente imperceptibles. En otros casos se coloca una cicatriz, casi invisible, en la columela (parte inferior de la nariz).

Para el postoperatorio se utiliza habitualmente un tampón que se suele retirar a las 24 horas. El paciente permanece con una férula de yeso o acrílico entre cuatro y siete días.

En las primeras semanas son comunes el edema (inflamación) y una equimosis (hematoma) en el rostro que desaparecerán en los primeros 21 días. Un edema residual persiste hasta 6 meses después de la cirugía. Aunque los grandes cambios se aprecian el primer mes, el resultado final no llegará hasta transcurrido un año.

Respecto a los cuidados y recomendaciones tras la cirugía de nariz, se debe evitar el calor (sol, baños y ambientes demasiado calientes) ya que el calor aumenta el edema. Para las exposiciones al sol, se recomienda esperar un período mínimo de 90 días, ya que el edema es mayor durante esta fase.

Cirugía de nariz o rinoplastía Tomás Zapata

La rinoplastia presenta un postoperatorio indoloro. Cuando hay un eventual dolor, este es fácilmente combatido con analgésicos que le serán recetados como prevención. Las complicaciones son muy raras en la rinoplastia, sin embargo, podemos citar sangrado postoperatorio, hematoma, infección, obstrucción nasal, irregularidades y asimetrías.

A través de los años esta cirugía ha sufrido numerosos cambios, ya que antes se pensaba que una rinoplastia estética implicaba rehacer toda la forma de la nariz. Hoy se trata de realizar las menores modificaciones posibles, conservar elementos originales, como para que a la vista quede una nariz natural, con una buena definición, sin que sea evidente la participación del cirujano plástico.

Si tienes dudas o necesitas más información, cuéntanos tu caso, estaremos encantados de ayudarte.

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Tomás Darío Zapata, cirujano plástico en Madrid y Marbella.

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